
La Justificación
La Gracia y la Paz de Dios esté con usted
La Justificación es el acto por el que Dios declara inocente a una persona, liberándola de toda acusación que podría presentarse contra ella. Siendo que los hombres han pecado, Dios no podría declarar a nadie justo sin romper su ley.
Éxodo 23:7
Dios no puede hacer ningún compromiso con el pecado; por tanto, él preparó una base eficaz sobre la que pudiera declarar justo al pecador sin lesionar su rectitud. Esta base Dios la estableció cuando entregó a su Hijo para que soportara la condena que merecía el pecador
Romanos. 8:3
De manera que Dios sigue siendo perfectamente justo al recibir justificados a los que se acercan a él por medio de Jesucristo.
2ª Corintios 5.21
La sangre de Cristo es el único medio de declarar justo a un pecador; pues, sólo Cristo ofreció la propiciación adecuada para satisfacer a Dios a la vez que fue el sustituto del creyente en el juicio. La seguridad de la justificación reside en el hecho de que el mismo Dios que nos había sentenciado como pecadores, ahora, en su hijo, nos declara totalmente libres. Nadie puede condenarnos, nuestra justificación es completa y definitiva.
Romanos 8:33
La justificación se recibe por medio de la fe. Únicamente los que creen pueden ser justificados.
Romanos 5:1
La fe consiste en creerle a Dios que Cristo hizo todo lo necesario para satisfacer las demandas de la justicia divina y presentarnos ante él sin mancha ni pecado.
Romanos 8:1
Los que han sido justificados, no sólo han sido justificados de sus pecados pasados, sino también de los presentes y futuros. Son las personas las que han sido declaradas justas no una temporada de su vida sino por toda la eternidad. La justificación es un privilegio que Dios otorga en el presente.
Juan. 5:24; 1ª Juan 5:13
Las afirmaciones de Pablo de que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley no se contradicen con las de Santiago cuando dice que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe.
Romanos 3:28; Santiago. 2:24
Las afirmaciones son complementarias, pues mientras Pablo habla de cómo somos justificados ante Dios, Santiago habla de cómo somos justificados ante los hombres. Lo primero se obtiene por la fe en la obra de Cristo, lo segundo por las obras de la fe, es decir, por nuestra conducta, que es consecuencia de nuestra fe. No es suficiente afirmar que somos justificados, también hace falta que nuestros actos demuestren a los ojos de los hombres que realmente tenemos una vida para Dios.
Romanos 5:1
Hace cientos de años, Bildad, un amigo de Job (Job 25:4) preguntó, "¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? y ¿cómo será limpio el que nace de mujer?" Este problema ha inquietado a los hombres a través de los siglos. Gracias a Dios tenemos la respuesta en la Palabra de Dios.
I. La Necesidad de ser Justificado delante de Dios.
A. Todo el mundo, cada persona, tiene la necesidad de ser justificado, porque es injusto. (Romanos 3:10). Tendría que ser perfecto para ser justo. Ninguno ha sido justo en sí mismo.
B. David no quiso ser juzgado por Dios, porque sabía que no era perfecto. (Salmos 143:2). En un juicio la persona tendría que responder por sus pecados, y ser condenado al lago de fuego.
C. Para ser justo, la persona tendría que ser perfecto en sus relaciones con Dios, con el prójimo, y con si mismo desde su nacimiento hasta su muerte. Con razón la Biblia dice, "no hay justo, ni aún uno". Si usted piensa que es justo, lea Isaías 64:6.
II. ¿Qué es la Justificación?
A. La justificación es el acto mediante el cual Dios declara justo al injusto.
B. No significa hacer al pecador justo, sino declarar que es justo, Aun los justificados no son completamente justos en sus vidas.
C. Es más que el perdón. El perdón libra de la condena del pecado, pero no de la culpabilidad. A veces los oficiales perdonan a un reo, pero esto no significa que es inocente.
D. En la justificación, Dios no solamente perdona al pecador, sino que también lo declara justo y libre de la culpabilidad de su pecado. Delante de Dios es como si nunca hubiera pecado--Entonces tiene paz para con Dios. (Romanos. 5:1).
III. ¿Cómo pueden ser justificados delante de Dios los hombres?
A. Leyendo las citas Bíblicas anotadas aquí, podemos entender que la justificación no es de uno mismo, (Lucas 16:15) tampoco viene por tratar de guardar la ley, (Romanos. 3:20) ni por vivir bien. (Isaías. 64:6).
B. ¿Cómo pues, es justificado el pecador?
1. La gracia Dios es el origen de la justificación. (Romanos. 3:24). Recuerden que "gracia" significa "favor inmerecido".
2. La sangre de Cristo es la base de la justificación. (Romanos. 5:9). Dios mira al pecador que acepta a Cristo como si no tuviese pecado porque la sangre de Cristo lo limpia de toda maldad.
3. La fe es el medio de recibir la justificación. Se trata de fe en el Señor Jesucristo como Salvador. (Romanos 3:28; 4:5; 5:1). En el momento en que cree el pecador en Cristo, es justificado delante de Dios. Es un acto instantáneo, no progresivo.
Conclusión: ¿Tiene usted paz para con Dios? La única manera de tener la paz verdadera es que El Padre le atraiga a Su Hijo y Él le salve. Entonces será justificado delante de Dios. (Romanos. 5:1).