top of page

La Depravación Total

La Gracia y la Paz de Dios esté con usted

Este tema corresponde a uno de los cinco puntos del calvinismo. Se acepta de esta manera porque fue Calvino quien por la misericordia de Dios ordenó estas doctrinas sistemáticamente. No que él haya sido el inventor de estas doctrinas sino que fue el hombre que Dios escogió para que las diera a conocer teológicamente bajo estos nombres. Las cinco doctrinas son bíblicas y verdaderas.

 

Entrando ya en el tema, antes de hablar de la depravación, debemos entender que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza moral. Esto quiere decir que el hombre en un principio tenía características tales como, el amor, la santidad, la inocencia, la misericordia, la fidelidad y otras características correspondientes a Dios.

Ahora, cuando el hombre pecó atrajo sobre sí la maldición del pecado: la muerte, la corrupción, la enfermedad y todos los males que se derivan del pecado.

El pecado fue heredado a los hijos, pues, nacieron con la naturaleza caída, muertos espiritualmente.

Romanos 5:12 y 18,19:

Todo hombre desde que nace, viene con la carga del pecado original y por consiguiente, merece la condenación. Uno de los enunciados principales de ésta doctrina es que “El hombre es incapaz de hacer lo bueno y no puede por sí mismo elevarse en busca de su salvación. A esta condición humana es a la que se le llama depravación total; por cuanto el hombre se encuentra totalmente incapacitado de hacer el bien.”

Veamos las cuatro características de la depravación total del hombre, vamos a ver en una misma ocasión algunas porciones Bíblicas al respecto de ellas.

​​

EL HOMBRE SIEMPRE ELIGE LO MALO

El hombre siempre que tenga la oportunidad de elegir el mal no dudará ningún instante en irse en ese bando. Aunque se le presente la alternativa moral y correcta no dejará de escoger invariablemente el camino de la depravación.

Génesis 6:5     Romanos 3:10-12

Es más, me resultó sorprendente saber que aún las obras de altruismo que el hombre pueda hacer no alcanzan la norma de Dios para considerarlas como buenas obras. Es decir, Dios que conoce la depravación humana no puede ver con buenos ojos el altruismo sino está basado en el amor a él y al prójimo:

Isaías 59:6                  Romanos 14:23

En cuanto a esto hay que decir categóricamente que no hay una forma de eximir del pecado a alguien solo por la edad que posee. Nada puede borrar la culpa de pecado, sólo la sangre de Cristo.

Job 25:4-6          Salmo 51:5               Salmo 58:3

Está claro por estas porciones que el hombre nace irremisiblemente muerto, pues, ha heredado el pecado.

EL HOMBRE NO PUEDE HACER LO BUENO

Bueno, no solamente el hombre elige lo bueno sino que está imposibilitado para hacer lo bueno. Esto usted lo puede notar en los ejemplos bíblicos y en la vida diaria. Veamos estas porciones:

Mateo 7:17-18         Juan 15:4-5          Romanos 8:7        1 Corintios 12:3

​​

EL HOMBRE NO ENTIENDE LO BUENO

Por muy inteligente que un hombre sea, no puede comprender las cosas del Espíritu. Las cosas del Espíritu sólo pueden ser entendidas por quién vive en él. Pablo explica que las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. Jesús también lo expresó:

Juan 8:43

El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura.

1 Corintios 2:14

​​

EL HOMBRE NO QUIERE HACER LO BUENO

Finalmente, la depravación total del hombre llega al punto que no solamente no entiende sino que en verdad no quiere hacer lo bueno. Él no tiene interés en hacerlo, está bien como está. El problema no es solamente de incapacidad sino de voluntad. Tal como lo dice el espíritu de la escritura que el hombre es pervertido, rechaza lo de Dios por el pecado y además ama hacer maldad.

Ezequiel 3:7       Mateo 23:37          Lucas 19:14

Para finalizar quiero mencionar algunos pasajes Bíblicos que resaltan la condición humana que nos muestra que sólo una fuente externa a él puede brindarle la salvación.

Salmo 53:1-3        Romanos 1:18-32        Romanos 3:10        Isaías 59:3-16

Entonces, si Dios no le salva, él no puede ser salvo. Esta depravación total en el hombre le imposibilita para ser salvo. Sólo la sangre de Cristo puede hacer un cambio y dar vida eterna.

bottom of page