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​LAS HERRAMIENTAS DEL CREYENTE

EL AYUNO

 

El ayuno es el ejercicio espiritual que consiste en períodos especiales de oración que van acompañados de la abstinencia total o parcial de alimentos. El ayuno es una práctica vigente para el presente período de la Iglesia. Cristo dio instrucciones de cómo ayunar. La iglesia de los Hechos practicó el ayuno.

 

Mateo 6:16-18; Hechos 13:3; 14:23; Mateo 9:14-15

 

Existen tres tipos de ayuno:

 

Ayuno Parcial: Daniel 10:2-3

 

Es aquel donde se produce una abstinencia parcial de alimentos (. Durante este ayuno, la persona se limita únicamente a ingerir frutas o jugos naturales. Por cuanto no hay una abstinencia total de alimentos el ayuno parcial puede prolongarse mucho más tiempo que los oros tipos de ayuno.

 

Ayuno Natural: Mateo. 4:2

 

Es aquel en donde se produce una abstinencia total de alimentos para beber únicamente agua. Es el tipo de ayuno más practicado y el que más se menciona en las Escrituras. Entre los judíos un ayuno duraba veinticuatro horas. Sin embargo, en el presente, se ha popularizado el ayuno de doce horas, de seis de la mañana a seis de la tarde. En todo caso, es la necesidad de la persona la que debe determinar la duración del ayuno.

 

De acuerdo a la necesidad, también pueden hacerse varios días de alimentos; pero, entregando cada tarde para cenar. Otra manera es cuando se hace un ayuno de varios días; es decir, que hay una abstinencia de alimentos durante varios días; es decir, que hay una abstinencia de alimentos durante varios días sin entregar. Cuando se hace un ayuno de varios días la duración máxima recomendable es de cuarenta días.

 

Ayuno Total: Hechos 9:8-9

 

Es aquel en donde se produce una abstinencia tanto de alimentos como de agua. Por ser éste un ayuno en donde no se ingiere agua, la duración máxima recomendable es de tres días.

 

El ayuno es la expresión de un alma necesitada de Dios y es una práctica privada que debe ser realizada en secreto.

LA ORACIÓN



La oración es el ejercicio espiritual a través del cual un creyente establece contacto directo con Dios. A través de la Biblia Dios habla al hombre, a través de la oración el hombre habla a Dios.

 

La oración es posible sobre la base del parentesco que el creyente ha recibido como hijos de Dios. El sacrificio de Cristo le ha hecho posible el acceso a Dios.

 

Hebreos 10:19-22 Romanos 8:15-17

 

La oración de manera general:

 

Es hecha al Padre: Lucas 11.2; Juan 15:16; 16:23,

 

En el nombre del Hijo: Juan 14:13-14

 

Y por la gracia del Espíritu Santo: Efesios 6:18; Judas 20

 

Sin embargo, esto no significa que no se pueda elevar una oración directamente al Hijo o al Espíritu Santo: Hechos 7:59; Apocalipsis 22:20

 

Para poder recibir respuesta a la oración es necesario cubrir, al menos, los siguientes requisitos:


- Tener fe: Marcos 11:24; Hebreos 11:6;
Santiago. 1:5-7

- Estar en la voluntad de Dios: 1 Juan. 5:14

- Tener una vida pura: Salmos 66:18; Proverbios 28:9; 1 Juan 3:22-23

- Orar con fervor Santiago: 5:17; Cf. Con Mateo 6:7

- Orar con perseverancia: Lucas 18:1-7

- Orar específicamente por lo que se necesita: Marcos 10:51; Hechos 12.5

 

Existen diversas clases de respuestas que se pueden recibir de Dios, las más importantes son:

 

- Cuando no hay respuesta: Santiago 4:3

- Respuestas inmediatas: Isaías 65:24

- Respuestas que se retrasan Job

- Una respuesta diferente a la esperada 2 Corintios 12:7-9

 

La oración es un ejercicio en el que el cristiano debe poner especial empeño, pues de ella dependerá, en buena medida, su fortaleza espiritual.

 

CLASES DE ORACIÓN

 

a) La oración litúrgica ordinaria: Jesús tomaba parte normalmente en el culto sabático y oraba junto con la comunidad. Por sus palabras se nota que conocía bien las Escrituras y las oraciones usadas en su época. En su predicación con frecuencia usaba frases inspiradas en ellas. La oración de la mesa, antes y después de comer, parece cosa normal para él. Seguramente no hubo día en su vida en el que no observara los tres ratos de oración, según lo mandaban las costumbres piadosas de la época. Varias veces le vemos participar en las romerías religiosas. Sin duda alguna él participaba en la oración de su pueblo, pero, como vemos en el siguiente apartado, supo también denunciar y corregir todo tipo de falsificación de la oración.

 

Lc 4,16 Mt 14,19; 15,36; 26,26-27

 

b) La oración personal: Jesús no se contentó con la herencia litúrgica: su oración rompe los moldes de las costumbres piadosas de su época.  Toda la vida de Jesús se realiza en un clima de oración.

 

  • Su vida pública comienza con una oración en el bautismo (Lc 3,21) y un largo retiro de oración en soledad (Mt 4,1-11). Y termina también con una oración (Mt 27,46; Mc 15,34; Lc 23,46)
  • Jesús aparece orando en los momentos de decisiones históricas importantes, como al elegir a los doce (Lc 6,12-13)
  • Al enseñar el padrenuestro (Lc 11,1)
  • Antes de curar al niño epiléptico (Mc 9,29)
  • Ora por personas concretas:

                      Por Pedro (Lc 22,32)

                      Por los niños (Mc 10,16)

                      Por los verdugos (Lc 23,34)

 

  • A veces se retiraba de su actividad pública para dedicar largos ratos para conversar con su Padre. Para ello se le ve irse a un huerto apartado o a un descampado.

             Allá pasa horas enteras Mc 1,35; 6,46; 14,32

             E incluso noches enteras Lc 6,12

             "El acostumbraba retirarse a lugares despoblados para orar" Lc 5,16

  • Jesús no se apartaba de la costumbre ambiental solamente en lo referente a la frecuencia y a la longitud de sus ratos de oración. Las oraciones oficiales de su época se rezaban en hebreo, idioma que no entendía la gente sencilla. El rezaba en arameo, la lengua del pueblo. Ya vimos cómo se dirigía a Dios con la palabra familiar "Abbá". Y su oración típica, el padrenuestro, se la entrega a la comunidad en su lengua materna, el arameo. Con eso, Jesús saca a la oración del círculo exclusivo de la liturgia sagrada, y la pone en medio de la vida.

 

c) Oraciones en momentos decisivos: Pocas veces se nos habla en los Evangelios del contenido de la oración de Jesús. Pero hay dos casos especiales en los que nos vamos a fijar, la oración de acción de gracias y la oración del huerto, pues reflejan dos momentos importantes en su existencia.

 

La Primera Oración

 

Mt 11,25-26

 

Ahora veamos la oración de acción de gracias al Padre por haber revelado la Buena Nueva "a la gente sencilla" Jesús termina diciendo: "Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien". Se trata de una oración expresada por Jesús en un momento decisivo de su actividad. Según las apreciaciones humanas, la predicación de Jesús estaba fracasando, ya que las personas influyentes de su país habían rechazado abiertamente su mensaje, y únicamente lo seguía un grupo de personas sin importancia. Y en estas circunstancias de fracaso humano, Jesús se regocija y da gracias porque el misterio del Padre ha sido entendido solamente por la gente sencilla, y los "sabios" en cambio siguen sin ver. Se ha hecho posible lo que parecía imposible: han comprendido sólo los que parecía que no podían entender. Así lo ha dispuesto la voluntad del Padre, bueno y clemente. Y al darse cuenta de ello, Jesús se alegra y da gracias, aceptando y alabando este designio del Padre, como algo inesperado y maravilloso.

 

La Segunda Oración

 

Mc 14,36

 

Es un momento serio de crisis, pues siente amenazado el sentido de la totalidad de su vida. Y en este momento decisivo, Jesús va a la oración. Así sucedió ya en las tentaciones del desierto (Lc 4,1-13), que no son otra cosa que un diálogo con el Padre sobre la esencia última de su misión y el modo de llevarla a cabo. Y vuelve a aparecer en la oración de Jesús en la cruz (Mt 27,46; Lc 23,46). Siempre que el sentido de su vida se ve amenazado, Jesús se pone en oración delante de su Padre.

 

La oración del huerto recoge la crisis de Jesús a lo largo de toda su vida. Jesús quisiera rehuir esa muerte que es consecuencia histórica de su vida. Pero por medio de la oración triunfa su decisión de ser fiel a la voluntad del Padre hasta las últimas consecuencias. A pesar de su intenso dolor sigue viva en él la confianza en su Abbá, en ese Padre que exige su muerte. En los momentos más difíciles de su vida Jesús busca la voluntad del Padre y confía en él, por más dura que sea su voluntad. Así como antes Jesús recogió en la oración la totalidad de su vida, expresada en un "gracias", ahora en una nueva crisis la recoge en un "hágase tu voluntad".

Resumiendo, podemos decir que la oración de Jesús es la expresión del "más" que va surgiendo en su propia historia. Ese "más" va apareciendo en la búsqueda de la voluntad de Dios, en la alegría de que llegue el Reino, en la aceptación fiel hasta el final de la voluntad de Dios y en la confianza incondicional hacia el Padre.

 

Para Jesús oración no es sin más "ponerse en contacto con Dios", sino ponerse ante un Dios bien determinado, que une íntimamente bondad y exigencia. Lo fundamental de su oración depende de quién era para él realmente el Padre. Ahí está lo más original de su oración.

 

El Dios de Jesús es un Dios de amor, y por ello el lugar central de la oración de Jesús es la praxis del amor; ahí él oye la voluntad de su Padre y la práctica.

 

El contenido profundo de la oración de Jesús es muy simple: es mostrar la aceptación de la voluntad de Dios sobre el Reino y sobre su propia persona, y mostrar la alegría y el agradecimiento de que el Reino se extienda. Este contenido expresa la experiencia de sentido último de Jesús: que Dios se va haciendo presente en la historia a través del amor.

Derechos Reservados - Mires Con La Palabra Viva - Trujillo - Peru - 2012

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