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EL ESTADO DE LOS MUERTOS

Al estado de los muertos se le llama también el estado intermedio porque la muerte es el período que media entre la vida física y la vida de resurrección.


La muerte física se produce en el momento en que el alma se separa del cuerpo. El cuerpo va al polvo, de donde fue tomado, y el alma pasa al estado intermedio.


Para comprender lo que sucede en el estado intermedio, es importante establecer las sustanciales diferencias que se han producido en él a partir de la muerte y resurrección de Cristo.


Antes de la muerte de Cristo: El estado de los muertos fue descrito por el Señor Jesús en su relato del rico y Lázaro (Lc. 16:19-31). En esta porción se establece que después de la muerte las almas de los muertos son conducidas a un lugar llamado Hades (v. 23). Este lugar, situado en el centro del planeta tierra, estaba dividido en dos secciones separadas por un abismo (v.26). La parte superior del Hades se llamaba “Seno de Abraham” o “Paraíso” (v.22); éste era un lugar de consuelo donde reposaban las almas de los justos (v. 25). La parte inferior era llamada solamente “Hades” y era un lugar de tormento donde eran arrojadas las almas de los injustos (v.23). Num,16:31-33


Durante la muerte de Cristo: Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, su cuerpo fue sepultado; pero, su alma descendió al Hades (Hch. 2:31), al lugar de consuelo, donde estaban las almas de los justos (1 P. 3:18-19). El propósito de descender al Hades era el de llevar a las almas de los justos la buena nueva de que las promesas de redención habían sido cumplidas en él. Otros pasajes demuestran el descenso de Cristo al Seno de Abraham o Paraíso son Mateo 12:40; Lucas 23:43; Efesios 4:9-10.


Cuando el Señor Jesús resucitó de entre los muertos se llevó consigo las almas de los justos que durante siglos anteriores habían aguardado su llegada en el Seno de Abraham (Ef. 4:8-10).


Después de la resurrección de Cristo: Al ascender a lo alto, Jesús traslado el Paraíso hasta el tercer cielo (2 Co. 12:2-4). Los injustos fueron dejados en el Hades que continúa estando en el centro de la tierra y es el lugar donde son depositadas las almas de los incrédulos en la actualidad. Cuando una persona muere en sus pecados, su alma es llevada al Hades en donde es atormentada hasta que llegue el día del Juicio Final (Ap. 20:13).


En cuanto a los justos, cuando mueren, sus almas son llevadas de inmediato a la presencia del Señor, al Paraíso (2 Co. 5:6-8); Fil. 1:21-24).


La razón por la que antes de la muerte de Cristo las almas de los justos no pasaban a la presencia del Señor de inmediato, como sucede en el presente, era que la sangre que quita el pecado del mundo no había sido derramada; pero, cuando Cristo murió, descendió a dar la buena nueva a los justos, los tomó con Él al tercer cielo y allí están recibiendo a todos los que duermen en Él. Su sacrificio ha hecho toda la diferencia y para siempre.

Derechos Reservados - Mires Con La Palabra Viva - Trujillo - Peru - 2012

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